IMC (o BMI en inglés) son las siglas correspondientes a Índice de Masa Corporal, también conocido como Índice de Quetelet. Este índice se utiliza desde el año 1871 y relaciona el peso con la talla de una persona. También indica el grado de sobrepeso. La fórmula presenta algunas limitaciones. Es importante tener en cuenta que un especialista es quien debería interpretar el IMC, ya que el resultado no es siempre válido.
Cálculo del IMC
Este índice se obtiene dividiendo el peso en kilos entre la altura en metros elevada al cuadrado:
IMC= Peso en kg / talla en metros x talla en metros
El resultado obtenido de esta fórmula requiere la interpretación por parte de expertos. Diversas organizaciones establecen la suya propia. Por ejemplo, la interpretación que dicta la OMS
- IMC<18>18>
- IMC: 18,5-24,9 - Normalidad
- IMC: 25-29,9 - Sobrepeso
- IMC: 30-34,9 - Obesidad grado I
- IMC: 35-39,9 - Obesidad grado II
- IMC>40 - Obesidad mórbida
Un parámetro confuso de referencia
El IMC es uno de los métodos más empleados y cada vez más extendido para diagnosticar la obesidad por ser rápido, económico y muy accesible. Sin embargo, no es el método más eficaz, ya que no atiende otros aspectos de vital importancia. Por ejemplo, no contempla la complexión de la persona (delgada, media o fuerte), sus perímetros corporales (cintura o cadera) o el porcentaje de grasa ni su distribución en el organismo. El IMC no atiende al posible exceso de grasa, marcador de sobrepeso u obesidad, por lo que éste debe acompañarse de otros análisis de composición corporal. El sobrepeso y la obesidad no se refieren a un exceso de peso, sino a un exceso de grasa, y esta fórmula no atiende a la cantidad de la misma. Es por este motivo que para realizar una valoración adecuada de la situación nutricional de la persona es preciso acompañar el resultado de al menos un análisis de la composición corporal y una medición de los perímetros corporales. La composición corporal se puede valorar con aparatos especiales (impedanciómetros) o instrumentos adecuados, con los que se consigue estimar la cantidad de grasa corporal, la masa muscular y el agua total del organismo.
El IMC sí que tiene en cuenta las alteraciones de la morfología corporal. La talla es uno de los dos factores que contempla la fórmula, por lo que el índice está condicionado en caso de enanismo o retraso en el crecimiento. Sin embargo, la fórmula no permite valorar cual es la distribución de grasa corporal y, por tanto, no es posible analizar el riesgo cardiovascular del individuo, que es mayor en caso de que la grasa se localice a nivel abdominal.
Casos de posible confusión:
Personas con una importante masa muscular
Los deportistas de fuerza o las personas que se dedican al culturismo presentan una importante masa muscular y, por tanto, un peso elevado, ya que el músculo pesa mucho. Por lo tanto, al aplicar la fórmula el resultado es de sobrepeso u obesidad, con el consecuente falso diagnóstico. En realidad el IMC es más un indicador de corpulencia que de adiposidad o cantidad de grasa corporal.
Hombres y mujeres
En mujeres, el porcentaje medio de grasa corporal total es superior al de los hombres en relación con la talla. Esto hace que un hombre y una mujer de la misma altura y el mismo peso obtengan el mismo valor de IMC. Sin embargo, la cantidad de grasa difiere de un modo considerable.
Ancianos
La edad de la persona también puede afectar a la interpretación de los resultados obtenidos. El paso de los años implica un incremento de la grasa corporal total, por lo que este método infravalora el grado de sobrepeso u obesidad.